En el análisis que se hace año con año para determinar tendencias del siguiente, a incluido como una de las principales, por lo menos en los últimos dos años, al Internet de las Cosas, pero que ¿Qué es eso en realidad? Su significado más simple puede ser cosas cotidianas que se conectan al Internet. Sin embargo el asunto no es tan simple, por una parte se trata de mejorar lo que ya se conoce como “Hogares Inteligentes” a través de interconectar enseres domésticos (Las Cosas) por medio del Internet, y por otra, lo más relevante se trata de una revolución en cuanto a estilos de vida, al grado tal de que nos lleva a preguntarnos si el Internet de las Cosas es o no una verdadera amenaza a nuestro concepto tradicional de lo que entendemos por “Hogar”.[/vc_column_text][vc_column_text css_animation=”top-to-bottom”]El tema que nos ocupa lo maneja magistralmente Kent Mundle, en su artículo Home Smart Home: Domesticating the Internet of Things, Mundle es diseñador y pertenece al grupo de Freelancers de Toptal. Como bien lo señala Mundle: “El hogar es el lugar original donde construimos nuestra identidad y marcamos nuestro lugar en el mundo – el perfil original” Cuando los hogares inteligentes sean controlados en su totalidad por el Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés: Internet of Things) ¿Como se verá afectado el desarrollo de la personalidad de las personas? Teniendo en cuenta que esos nuevos hogares en su integración total, implicará un abrirse al mundo a través de Internet, con una mayor pérdida de privacidad, con importante incremento en el tiempo libre o de ocio en especial para el o la encargada del hogar. En palabras de Kent Mundle: “El punto en realidad es fundamentalmente cuestionar qué es lo que nos ofrece el Hogar Inteligente a cambio de lo que debemos darle”. Entonces, ¿Vale la pena ese trato? ¿La vida doméstica mejorará como lo hizo durante las primeras generaciones de automatización?[/vc_column_text][vc_column_text css_animation=”top-to-bottom”]El hecho de que aun el IoT no se haya adoptado más allá de ciertos mercados de nichos, es similar a lo que algunos productos enfrentaron en su primera etapa de vida, por la no aceptación que tuvieron en sus orígenes, que fueron rechazados porque si bien eran prácticos incluso útiles, atentaban contra hábitos y costumbres arraigadas y muy valoradas, por ejemplo las primeras reacciones por parte de las amas de casa ante las harinas preparadas para pasteles, tradicionalmente el cocinar un pastel era un proceso muy elaborado ejecutado por mamá, lo cual era un acto de amor, un gran detalle para la familia, ¿Con harinas preparadas que merito tiene mamá? Como sabemos con el tiempo las cosas cambiaron. Algo similar ocurrió con las sopas en lata.[/vc_column_text][vc_single_image image=”31847″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text css_animation=”top-to-bottom”]Muchos de los procesos que las tecnologías del Internet de las Cosas están intentando mejorar para las personas, no son en la actualidad realmente grandes molestias que requieran ayuda, como apagar luces, poner algo de música, etc. Entonces, si la nueva experiencia es difícilmente más disfrutable que la actual, la nueva tecnología no será adoptada. Son seguramente cuestiones de índole cultural, que incluye nuestra necesidad de privacidad, pero sobretodo el problema fundamental es de naturaleza mercadológica, me refiero a la propuesta de valor de los sistemas y aplicaciones para hogares inteligentes o Internet de las cosas, la cual no es aún, hasta el momento, lo suficientemente buena para que triunfen esos nuevos productos.[/vc_column_text][vc_column_text css_animation=”top-to-bottom”]Sin embargo, como ha ocurrido con otras tecnologías transformadas en bienes y servicios para el mercado, tarde o temprano el internet de las cosas terminará por convertirse en productos de consumo masivo, sino fuera así no estaríamos observando la investigación continua que sobre hogares inteligentes se realiza, y productos que ya están en el mercado, por ejemplo SmartThingsde Samsung, Wink, incluso Apple está generando Internet de las cosas a través de Apple TV, y Amazon con el dispositivo llamado Echo.[/vc_column_text][vc_column_text css_animation=”top-to-bottom”]Pero sin duda la empresa que mejor está entendiendo y generando productos para lograr casas inteligentes es Josh.ai, incluso es justo decir que se están esforzando en serio, sobre todo en su propuesta de valor, como se puede apreciar en su Manifesto, que es algo similar a la misión de una empresa. Josh basa su producto en torno al uso de la voz, en lugar de cualquier otra interfaz de usuario. Josh ofrece 15 productos, termostatos, sistemas de iluminación y de seguridad, entre otros. Ciertos comandos se memorizan por Josh.ai de tal manera que aprenderá, por ejemplo a que cada mañana debería lentamente encender las luces, prender la TV con el noticiero de la mañana, y preparar café. La interfaz responde a comandos de voz para manejar todos los dispositivos conectados, como el smartphone, la computadora o el reloj inteligente. Josh.ai se promociona como tu mejor amigo en casa, incluso se le puede hablar como si fuera precisamente eso, tu mejor amigo, seguramente por eso el logo de Josh es la cabeza de un hermoso perro.[/vc_column_text][gem_quote]

Kent Mundle termina su artículo con la siguiente reflexión:

¿Tu que opinas Kent es sólo un orador quejoso, o tiene sentido su preocupación con respecto al IoT?