Se dice mucho con respecto a las horas perdidas en las jornadas de trabajo; independientemente de las estadísticas y de los estudios, todos los que trabajamos tenemos nuestra propia experiencia al respecto, en lo personal y con respecto a nuestro equipo de trabajo. Si somos responsables en nuestro trabajo, nos interesa rendir más, ya sea por que sea sólo por cumplir, por ganar más dinero, o por una de las mejores razones que podemos tener: Sentirnos bien, por autoestima, por la satisfacción de haber cumplido, se nos reconozca o no (Lo ideal es que se nos reconozca). Para tal fin existe una fórmula, casi mágica, probada y de sentido común, es además un principio (Ley) en la gestión de la calidad total, “La calidad genera autoestima, y la autoestima genera calidad”, es un círculo virtuoso, lo contrario a un círculo vicioso, a estos últimos debemos tenerles miedo, y evitarlos a como dé lugar.
Aquí te presentamos seis sugerencias para obtener mejores resultados en tu trabajo, producto de experiencia personal y de Googlear:[/vc_column_text][vc_single_image image=”31826″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text css_animation=”top-to-bottom” el_class=”list__item”]

1. Planifica el día jerarquizando: “Lo primero es lo primero”

   Dentro de las tareas de cada día siempre hay algo que es más importante, la razones de su importancia pueden ser diversas, lo relevante es detectarlo y hacer eso en las primeras horas del día, que pueden ser las más productivas. Habitualmente optamos por concretar las tareas que son más fáciles, aunque no las más importantes, palomear de concluidas tareas de la lista dependientes, es adictivo. Inicia el día con lo más importante, aunque se la más difícil, y por ello lo menos apetecible, y deja para el final del día las otras tareas.
   Dejar para el final del día lo más relevante es un grave error, que cobrará la factura, en formas diversas, como falta de calidad, mayor estrés y desmotivación. Las tareas más fáciles, y menos relevantes son las que se deben dejar para el final de la jornada.

2. Ojo con las distracciones, bloquealas por lo menos aquellas que son obvias.

   No, el inicio de la jornada no es para redes sociales, a menos que seas un community manager, tampoco es momento de de leer artículos de tus blogs favoritos, ni de atender a noticias que pueden parecer interesantes, o al menos curiosas. A menos que estés esperando un correo muy importante, no te aboques a revisar todos tus correos, y mucho menos a contestarlos, es una tarea que puede dejarse para las últimas horas de tu jornada.

3. Descansos breves

   Hacer pausas breves a lo largo del tiempo de un trabajo intenso, ayuda a conservar la atención. Respirar, meditar, tomar una taza de café, ir a dar un paseo o hacer algo relajante (es decir, no relacionado con el trabajo). Tu cerebro lo asimila, se recarga, por decirlo de alguna manera. Hay distintas recomendaciones, por ejemplo la técnica Pomodoro recomienda recesos de 5 minutos cada 25. En realidad cada quien debe elegir la mejor combinación, el hecho es que realizar intervalos en particular cuando te sientes agobiado, es una buena sugerencia. Hay ocasiones que podemos estar bastante tiempo trabajando en algo importante, y que a pesar de sentir cansancio, nos sentimos creativos, y estamos generando buenas ideas, aun en esos momentos un breve receso es conveniente, antes del total agotamiento.

4. Comer inteligentemente

   Es tan malo no comer (Por no dejar el trabajo), cómo comer demasiado o alimentos inadecuados. Comer alimentos pesados satisface el hambre, pero reduce la agudeza mental. El sistema digestivo gasta tanta energía para digerir las grasas y los carbohidratos que la circulación de oxígeno al cerebro disminuye. Esto destruye la capacidad de concentración.
   Una manera de resistir comidas abundantes es comer algo ligero y saludable durante la mañana, una o dos veces. Esto estabilizará tu glucemia (Glucosa en sangre) y te ayuda a reducir el hambre. Comerás menos y elegirás opciones más saludables a la hora de la comida, y permitirá mantenerte concentrado el resto del día.

5. Evita los ruidos que distraen (Que son la mayoría)

   El ruido de fondo de la oficina, como las conversaciones entre colegas o el sonido de los teclados, puede arruinar la concentración. Según diversos estudios el ruido ambiental genera estrés lo que activa la liberación de cortisol en el organismo, una cantidad excesiva de cortisol afecta la corteza del cerebro prefrontal, el área cerebral encargada de regular la habilidad de planificar, razonar y recordar cosas.
   Estos ruidos sutiles (O no tanto), pero potentes, interrumpen la concentración, se recomienda usar auriculares aislantes de ruido, o escuchar música que no te distraiga, o de plano buscar un lugar tranquilo para trabajar.

6. Ordena tu espacio de trabajo

   Mantener un espacio limpio y organizado permite mejorar el orden, tu enfoque y productividad. A menos que digas que te agrada el desorden, lo que suele ser sólo un pretexto para no organizarse y contar con un área de trabajo ordenada. Organiza los papeles, carpetas, instrumentos y demás herramientas de trabajo. Evita el desorden, el cual termina por ser no sólo un distractor sino además puede representar estímulos para generar estrés.

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