Sin duda de entre las grandes cosas inventadas en el siglo XX, que impacta a las organizaciones, son aquellas propias de la digitalización de los procesos, ligados al Internet y a la World Wide Web (WWW), y como un producto derivado de esas tecnologías surge la Mercadotecnia Digital, conjunto de procesos y herramientas que permiten a las empresas ser mejores, convirtiéndose en condición irrenunciable para que las organizaciones de esta época sean competitivas. Es sin embargo un hecho que nuestro país se encuentra rezagado en cuanto a digitalización se refiere; las organizaciones mexicanas ya sean públicas o privadas presentan un enorme diferencial negativo, entre lo que ya son realidades implementadas en las organizaciones de otros países, y lo que se ha implementado en las organizaciones del nuestro.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/3″][vc_single_image image=”32143″ img_size=”full” alignment=”center”][/vc_column][/vc_row][vc_row content_placement=”middle”][vc_column width=”1/4″][vc_single_image image=”32144″ img_size=”full” alignment=”center”][/vc_column][vc_column width=”3/4″][vc_column_text css_animation=”top-to-bottom”]Descubrir y entender las causas de tal diferencial negativo entre nuestras organizaciones y las de otros países, es de hecho un tema interesante, incluso apasionante, seguramente en el análisis que se hiciera encontraríamos cuestiones por demás relevantes, no sólo para entender nuestro rezago digital como país, sino para entender a nuestra organización, pública o privada. Independientemente de que se concrete o no en México ese análisis, es necesario que cada organización pueda comprender porque se resiste al cambio, en general en la cuestión digital, y en particular en lo referente a la mercadotecnia digital, aunque no sea una resistencia a su totalidad, y sólo sea con respecto a ciertos aspectos de la misma.
Seguramente entre los hallazgos de porque la resistencia al cambio, además de ignorancia del tema y ausencia de valoración de la mercadotecnia, encontraríamos las explicaciones que el famoso futurólogo norteamericano Joel Barker hace para entender la resistencia al cambio, en su teoría de los paradigmas, tema que podrá ser el contenido de un próximo post en este blog. Por lo pronto creo necesario explicar los tres momentos en los cuales ocurren los cambios en las organizaciones. Básicamente son tres momentos, los analizaremos empezando por el peor momento para cambiar, para concluir en el momento idóneo para hacerlo, en el entendido de que los cambios se tienen que dar, cualquiera que sea la causa que los motive, si desea sobrevivir. Los tres momentos son: 1) Cambio por crisis; 2)Cambio por reacción y 3)Cambio por anticipación.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row content_placement=”middle”][vc_column][vc_column_text css_animation=”top-to-bottom”]El Cambio por crisis, ocurre debido precisamente a que las cosas no están nada bien para la organización. Se generaron llamadas de atención, o indicadores de que se necesitaba hacer algo y no lo hicimos; seguramente se está perdiendo dinero y/o participación de mercado, debido entre otras cosas a cambios en las tecnologías que la organización no ha incorporado a sus procesos, o debido a estrategias adoptadas por uno de nuestros principales competidores. Estos cambios, si ocurren, suelen ser, como incluso puede suponerse, tardíos. El principal problema de los cambio de este tipo, es que implican mayor riesgo en cuanto a que no se den los resultados deseados, son más costosos, se deben hacer con la mayor velocidad posible, entre más nos tardamos menos posibilidades de éxito; pueden requerir de manera obligada el apoyo externo de especialistas; requiere la participación de todos; predomina el estrés entre los tomadores de decisiones y la garantía de éxito se reduce comparada con los otros dos tipos cambio.
Cambio por reacción, ocurren hasta que tenemos presente, y casi enfrente, un problema, por ejemplo por la llegada de un competidor agresivo, ya sea por su tamaño, o por las estrategias que está adoptando. Ocurre también cuando ya no queda más que cambiar; porque nos lo hace exigible algún tipo de legislación o reglamentación; ocurre este tipo de cambio también, cuando sabemos que deberíamos incorporar nuevas tecnologías, y no lo hacemos porque nadie lo está haciendo. Empezamos a cambiar hasta que nos enteramos que otra u otras compañías lo están haciendo. Este tipo de cambio tiene menos implicaciones negativas que el cambio por crisis, se entiende que por el momento no hay internamente problemas, pero que los puede haber si no realizamos los cambios pertinentes.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row content_placement=”middle”][vc_column width=”2/3″][vc_column_text css_animation=”top-to-bottom”]Cambio por anticipación, este es el tipo de cambio que debería predominar en la vida de las organizaciones. Ocurre este tipo de cambio porque en la organización se tienen implementadas prácticas que permiten conocer tendencias en nuestra industria, como puede ser la capacitación continua en todos los niveles, y porque de manera sistemática y continua conocemos el grado de satisfacción de los clientes, y porque asistimos a expos o ferias nacionales y /o internacionales relacionadas con nuestro giro, entre otras razones. Este tipo de cambio es el ideal, nos permite planificar, hacerlo en tiempos holgados, bajo el esquema de prueba y error, son menos costosos y por no haber de por medio estrés o nerviosismo, se pueden tomar decisiones con más probabilidad de éxito. Aquí cabe responder a la pregunta de ¿Cuál es el mejor momento para que una empresa cambie? El mejor momento para cambiar es cuando se está teniendo éxito.
Con respecto al cambio que requiere una empresa el día de hoy para aprovechar las bondades de la mercadotecnia digital, ¿De cuál de los tres tipos de cambio requiere tu empresa?[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/3″][vc_single_image image=”32145″ img_size=”full” alignment=”center”][/vc_column][/vc_row]